Ferretería El Pinsapo S.L.

"Tanto que recomiendo esta ferretería para que me roben como me robaron, para los que vayan Y estén Buscando algo que no consigan en otro lado o que los manden a ir para alla, no les mencionen nada de eso xq van abusar con los precios! No puedo creer que me vendan algo que vale Máximo 11€ ah 19,23€, yo tengo ferretería y se lo que valen las cosas para que me vean la cara de tonto, de mi parte no los recomiendo mas a mis clientes"

"Veo cual es el punto más criticado en las reseñas de esta ferretería, a lo que tengo que decir: si no quieren esperar, vayan ustedes a Leroy Merlín, que seguro que llegan, cogen "lo que encuentren" y se lo pagan ustedes mismos en caja. Esto es otro concepto de ferretería. Aquí "te ayudan" a encontrar una solución al problema que puedes tener. Esta es una ferretería a la que, cualquier ferretería de Málaga, si no tienen lo que necesitas, te remiten como último recurso donde puedes encontrar lo mas extraño que buscas. Y si no lo tienen, te lo encuentran, o te ayudan dándote ideas. Normal que sean lentos, porque dedican tiempo a sus clientes. Me han llegado a buscar ellos mismos un artículo que no podían conseguir en una tienda muy famosa de internet, me mandaron una captura de pantalla a mi móvil, y así pude solucionar un problema que tenía con una mesa elevable a la que se le averiaron los amortiguadores. No se puede pedir más."

"Si te gusta esperar, este es tu sitio!!! Llévate un libro porq son demasiado lentos atendiendo. Una media de 25 minutos para q te atiendan.... Pd: ahora entiendo xk tienen un dispensador de agua para clientes esperando q por cierto cuando llegue se acababa de gastar. Trato muy cercano y cordial q se agradece tras la espera."

"La atención muy buena y precios modi os"

"Llevaba semanas buscando caballetes para mesa en Málaga. Tuve contactos de lo más desagradables con gente por toda la ciudad. Los más cuerdos me decían una y otra vez que era un "bien preciado" y hace años que no veían alguno. La mayoría salía corriendo o gritaban en agonía solamente por escuchar la palabra caballete. Ya estaba empezando a desesperarme y había perdido completamente la esperanza. Un día yendo a comprar el pan reparo en esta ferretería, no la había visto antes. Con mucho miedo, me acerco al encargado y le pregunto susurrándole por este bien preciado. Él abre mucho los ojos y me mira de arriba a abajo. Después de unos segundos dudando de mi cordura mental, me lleva a la trastienda donde dentro de unas cajas y camuflado entre corcho blanco, hay dos únicos caballetes. Me cobra un precio justo por semejante reliquia y me lleva por una puerta trasera a un callejón. Cierra la puerta en mi cara y me desea buena suerte. Ahora me encuentro en este callejón sin saber qué hacer ni como volver a casa. Si alguien me ve con esto, sé que estoy muerto. Quería que todo el mundo sepa de la alegría que me ha dado esta ferretería aunque ahora me haya abandonado a mi suerte. En mis últimos momentos de vida, lo único que quiero es que ésta, mi historia, se conozca."