Bar Meueteu

"Se come muy bien, suele haber dos opciones. Yo tuve la suerte de venir en miércoles y tocaba caldo gallego. Muy bueno! Y la caballa de segundo, espectacular. Entra, primero, segundo, postre y café. Precio del menú 13€ Muy recomendable. El camarero muy agradable con nosotros, a otros que han llegado a las 15.30 no les ha podido atender, porque cierran a las 16.00 pero con nosotros todo genial!"

"Local limpio,buena comida de la zona,servicio normal,precio normal."

"Además de tener que ir a dentro a pedir puesto que no salía ningún camarero, cuando después de un rato me llega el café es imposible tomárselo, todo por fuera y empapando el azúcar, además del destrozo en la mesa el cual ni se ofreció a limpiar. Es algo a lo que no suelo dar importancia pero sumándole a esto, el hecho de no poner ni una simple galleta cuando me están cobrando por el cortado 1,50€.... De pena"

"Venía del camino muy lesionada de la rodilla y muy dolorida y fue el primer bar que encontré. El camarero con un gesto de manos me quiso indicar que estaba cerrado. Aún había gente en la terraza así que pensé, bueno me quedo un momentito, descanso, me fumo un cigarro y me voy al siguiente bar. El camarero me vino diciendo ¿Que no sabes español? Te dije que estaba cerrado! De muy muy muy malas maneras, me hizo sentir super mal y se puso a insultarme delante de todo el mundo, se me encaró muy cerca cuando ya me estaba yendo. Ojalá nadie más pise este sitio."

"Lo siento, pero no puedo recomendarlo de ninguna manera. En todo momento fuimos muy educados con el camarero, faltaría más. Queríamos desayunar y le preguntamos si la repostería que nos ofrecía era de confitería o "congelada", afirmó con la cabeza que era "confitería". Al servirnos, era evidente que no, el buen hombre (tendría un mal día) le comentamos que NO era de confitería, era evidente. De forma brusca le retiró el café con leche y el "croissant" a mi amiga. Al principio, quería invitarme al café con leche que había pedido (no sé porqué, porque mi amiga se había quedado sin "desayuno", vamos "compuesta y sin novio"), pero acto seguido cambió de idea y literalmente nos echó del local, de muy malos modos: "¡Y no vengáis jamás". Puedo entender que tengas un mal día, o que algunos clientes puedan ser exigentes de más y te pongas de los "nervios". Pero no fue el caso. Es más, le dije que suelo ir a tomarme algo a su local por los menos tres veces al mes (vivo en el edificio de al lado) y me contestó: "¡Yo a usted no le conozco de nada!". Es una lástima, porque yo SÍ le conozco, a usted y al estupendo cocinero que le acompaña, porque también he comido allí, y se come muy bien. Es la primera vez que me echan de un local en mi propia ciudad. Tengo 54 años, es decir, no soy un niño, algo sé de la vida. En ningún momento le faltamos al respeto, a pesar de sus gritos y malas formas. No volveremos, claro. Porque usted nos ha echado de su local; respeto su decisión y espero que tenga la amabilidad de respetar la mía por NO recomendarle a ninguno de mis amigos y familiares. Como lo cortés no quita lo valiente, le agradezco su tiempo por leer estas líneas. ¡Muchas gracias, señor!"