Banana Calle Ribera del Marisco, 13, 11500 El Puerto de Santa María, Cádiz

"Desagradable no, Lo siguiente. Te dicen que debes estar en la lista o reservar tu entrada. Les escribes por WhatsApp y te dicen que la entrada se paga al momento de llegar. Vas y te vuelven a decir lo mismo en fin lo hacen a propósito o no se si por discriminar (cosa que no tiene sentido si ibamos vestidos bien). Vaya forma de llevar un negocio y mas cuando está vacio. Para nada recomendable este sitio. Falta de seriedad, vergüenza les deberia de dar."

"Los porteros y las empleadas de la taquilla unos incompetentes. Al salir de la discoteca pregunté por un sello o identificativo para poder volver a entrar más tarde, y me querían cobrar otra vez. Opté por no salir porque no quería pagar y automáticamente me echaron y no me dejaron entrar más. Una vergüenza el personal."

"Totalmente indignada, éramos un grupo de despedida de soltera yo fui quién se puso en contacto con esta dicha discoteca, el personal que estuve hablando me comunico que no hacía falta apuntarnos en la lista, que hasta las dos podíamos comprar la entrada en taquilla. Le pregunté tipo de calzado y etc.. total cuando llegamos mi grupo y yo ala 01:00 después de esperar un largo tiempo nos disen que no se pueden si no estábamos apuntado en la lista ,nos hicieron sentir discriminado solo por ser de etnia gitana y si lo digo hasin por qué luego de nosotros irnos vimos como entraban las demás personas sin estar en la lista ,de VERGÜENZA en el siglo que estamos que aún hayan personas de esa manera ."

"Por lo que he visto, esto es una constante, tanto en este antro en particular como en otros de El Puerto, y es una pena, porque el pueblo y su gente son maravillosas. Mi experiencia fue la siguiente: vimos justo delante de nosotros cómo los porteros le decían a un grupo de chicos que no podían entrar por aforo y reservas completas. Nos acercamos entonces nosotras (4 chicas y yo) a preguntar pensando que no nos dejarían, pero tuvimos suerte (o que prefieren utilizar a las mujeres como reclamo y no tener un "campo de nabos"). Nos dejó pasar un primer portero, un segundo puso las pulseras a las chicas hasta que llegué yo, ya vestido con chinos y camisa para evitar problemas, pero con sandalias de vestir. En cuanto me las vio el segundo portero, se giró y le hizo un gesto al primero, que me dijo que con sandalias no podía entrar. Ellas también llevaban sandalias, pero con tacón. No hace falta que explique mucho la razón, pero buscaban cualquier excusa para que dejaran de entrar chicos y llenar el antro de "producto", que se ve a la legua que es cómo pensaban de las mujeres. Asco y vergüenza de sitio."