Vinos singulares en Navarra

Bienvenido a Singular Club, el lugar perfecto para aquellos que buscan un ambiente exclusivo y sofisticado en el corazón de Pamplona, Navarra. Ubicado en el prestigioso Edificio Singular, en la Av. de Pío XII, 1, bajo, nuestro club ofrece una amplia gama de instalaciones de lujo y servicios de alta calidad para satisfacer las necesidades de nuestros socios. En Singular Club, nos enorgullecemos de ofrecer un ambiente elegante y acogedor, diseñado para brindar una experiencia única a nuestros socios. Nuestras instalaciones incluyen un moderno gimnasio, una piscina cubierta, salas de estar y espacios para eventos, así como un exclusivo restaurante y bar donde los socios pueden disfrutar de una deliciosa comida y bebida en un ambiente refinado.

La Casa de las Monjas es una institución histórica ubicada en el pintoresco pueblo de Miranda de Arga, en la provincia de Navarra, España. Situada en la calle Daoiz, 5, esta hermosa casa de estilo tradicional ha sido cuidadosamente restaurada para preservar su encanto original y ofrecer un ambiente acogedor y tranquilo a sus huéspedes. Con una rica historia que se remonta a siglos atrás, La Casa de las Monjas es un lugar único que combina la arquitectura tradicional con comodidades modernas. Sus habitaciones están decoradas con buen gusto y equipadas con todas las comodidades necesarias para una estancia confortable. Los huéspedes pueden disfrutar de hermosas vistas del paisaje circundante desde las ventanas de sus habitaciones y relajarse en los jardines bien cuidados que rodean la propiedad.

Arínzano es un lugar donde el tiempo se detiene y la naturaleza se expresa en su máxima expresión. Con una historia que se remonta casi 1000 años, la finca ha sido testigo de la sucesión de monjes, señores y familias vitivinícolas, manteniendo siempre una vocación ligada al vino. Ubicada en un valle incomparable, magnificado por sus microclimas, Arínzano es un terruño excepcional que da lugar a la expresión singular de tres grandes variedades de vino. La finca ocupa 350 hectáreas, de las cuales solo una tercera parte está dedicada a la vid, convirtiéndola en un oasis en un entorno árido. El valle glaciar recoge una corriente de aire fresco procedente del Atlántico que atraviesa los macizos de la Sierra Urbasa para precipitarse por el río y hacia las laderas de la finca. En este vasto anfiteatro, las energías combinadas del viento Cierzo y el río Ega dan a cada parcela una inflexión particular, otorgando al lugar su poder, energía y emoción.