Pub Azahar

"Malísima experiencia en esta quesería de Alcossebre. Fuimos mi amigo Josu y yo a tomar quesos (nos encanta el queso), y nada más llegar nos atendió Rosana. Ella muy maja, nos dio mesa en una sala (veníamos sin reserva) y nos sentamos a tomar algo y abrir el apetito. En cuanto al aspecto del local, cabe decir que los sillones sí es cierto que eran muy cómodos, pero el concepto de no tener mesa no nos convenció del todo, igual que la iluminación, que brillaba por su ausencia y demasiado cálida. No nos dieron cubiertos pero sí muchas servilletas (no las típicas de tela sino montones de cajas de papel desechable), lo cual era de agradecer. Tomamos un par de cervezas antes de pedir la carta, momento tras el cual Rosana nos dijo, entre risas (muy risueña ella, todo hay que decirlo) que no tenían carta ni código QR, pero que no nos quedaríamos con hambre. Ni mi amigo Josu ni yo lo entendimos, así que llegamos a la conclusión de que era el típico restaurante de degustación cerrada sin apenas poder elegir. A juzgar por el olor del local, pudimos notar que era un establecimiento especializado en quesos azules, así que le comenté a la chica, muy amablemente, que por lo menos nos trajeran variedades con mucha maduración, no queríamos nada tierno ni muy blanquecino. Rosana, de nuevo entre risas, dijo que "aquí todo es importado y de 43 para arriba". Los meses de curación sí que nos convencieron, pero a lo de que fueran quesos importados, Josu y yo no tuvimos más remedio que aceptarlo (somos fanáticos del queso aragonés y de la costa catalana, pero teníamos hambre y tampoco podíamos volver a casa sin comer). Sin embargo, lo que más nos llegó a incomodar y lo que hizo que nos fuéramos antes de tiempo, fue la confianza que se tomaban las empleadas. Sí es cierto que no sabían nuestros nombres, pero eso no implica que nos llamaran "rey", "cariño" y "cielo" constantemente en lugar de atender nuestra comanda. Cada vez que preguntábamos por ella o si iban a tardar mucho más, nos pedían que "no nos impaciententáramos, que Ambert se está limpiando y preparándose" (imagino que se refería a la variedad Fourme d'Ambert, típico de la región francesa de Auvernia, pero que no requiere tanta limpieza ni preparación puesto que no es un queso especialmente graso, hecho que acabó agotando nuestra paciencia). Finalmente, pagamos nuestras cervezas, nos levantamos del sillón y abandonamos ese lugar tan poco servicial en búsqueda de un sitio que nos recomendaron por su profesionalidad y su buen servicio: el Chofi."