Hamarratz Restaurante Artadi Auzoa, 20750 Zumaia, Gipuzkoa
Descripción
Bienvenido al restaurante Hamarratz, ubicado en el pintoresco pueblo de Zumaia, en la provincia de Gipuzkoa, España. Nuestro restaurante se encuentra en el corazón de la comunidad local, en el barrio de Artadi, y es conocido por su excelente cocina vasca y su ambiente acogedor.
En Hamarratz, nos esforzamos por ofrecer a nuestros clientes una experiencia gastronómica inolvidable. Nuestro menú está cuidadosamente elaborado para resaltar los sabores auténticos de la región, utilizando ingredientes frescos y de la más alta calidad. Desde platos de pescado fresco del Cantábrico hasta deliciosas carnes a la parrilla, nuestra oferta culinaria es variada y deliciosa.
Además de nuestra exquisita comida, en Hamarratz nos enorgullecemos de brindar un servicio excepcional. Nuestro personal amable y atento está siempre dispuesto a atender las necesidades de nuestros comensales, asegurándose de que su visita sea placentera y satisfactoria.
Nuestras instalaciones son acogedoras y están decoradas con un estilo tradicional vasco, creando un ambiente cálido y acogedor para disfrutar de una comida en familia, una cena romántica o una celebración especial.
Ya sea que esté buscando disfrutar de una comida auténtica vasca, celebrar una ocasión especial o simplemente relajarse con amigos, en Hamarratz encontrará todo lo que necesita. ¡Esperamos darle la bienvenida pronto a nuestro restaurante!
Fotos
Horario de apertura
Lunes:
Día libre
Martes:
13:30 - 15:30
Miércoles:
13:30 - 15:30
Jueves:
13:30 - 15:30
Viernes:
20:00 - 23:00
Sábado:
20:00 - 23:00
Domingo:
13:30 - 15:30
Reseñas
"Resumo como experiencia nueva...y extraña.Llegamos a un sitio precioso a una hora razonable y nos encontramos con la puerta cerrada aunque se veía el interior....costó en abrirnos y la primera sorpresa....estábamos solos!.Pensé que era extrañísimo y a la vez ...todo un lujo.Nos recibió el dueño y chef ,Andoni,atento....pero vimos que no había nadie más....osea hizo de cocinero,camarero,sumiller y lo que sea....Nos contó la filosofía del restaurante y la cocina...muy interesante....y también nos comentó lo que había para comer...que ni mucho menos era todo lo que había en una carta vista previamente y en la que nos dio ( que venían los precios pero el IVA no lo marcaba)pero bueno puede ser cambiante.....no había carne (un chasco para mis hijos adolescentes y además también era un motivo de ir allí ,por esa opción que además se cocinaba en brasas...),solo pescado y verduras,escasas,...no trabajaba con carne...los platos que comimos algunos sorprendentes y buenos como el ragú de pulpo,embutidos de pulpo y las kokotxas con crema de piquillo(muchas para 4, todo un detalle).De los ahumados solo pudimos probar lisa o corcón,tuvimos corvina gris madurada 6 días y a la brasa y dorada a la brasa,diferentes texturas y sabores,acompañado de vainas a la brasa(estupendas)...precio elevado pero en la justa medida a lo que comimos y lo novedoso ...pero nos fuimos con el cuerpo frío por la situación,la soledad en el restaurante....aunque si lo miras por otro lado se podría considerar todo un lujazo...Andoni explicó con cada plato detalles del mismo,pero en alguna conversación nos quedamos perplejos con algunas confirmaciones o creencias gastronómicas que no llegamos a profundizar poe no polemizar.además nos explicó que su sistema informático,correo y teléfono estaban hackeados y que por ello tenía problemas en el restaurante..,cual película; no pudimos pagar con tarjeta y tuvimos que hacer una transferencia bancaria(madre mía)..vamos experiencia sí....extraña."
"Ambiente muy tranquilo y elegante. Producto de buena calidad. Alta cocina, es muy recomendable."
"El menú degustación nos ha sorprendido. Muy buena presentación y sabores muy logrados por su chef que se ha formado en Florencia! Las vainas con yema de lujo!!"
"Decidimos visitar este restaurante después de leer reseñas positivas, pero nuestra experiencia fue completamente decepcionante. Desde el momento en que llegamos, nos sorprendió la escasez de personal de servicio, con solo un cocinero y dos camareros, quienes demostraron una falta evidente de formación y conocimiento sobre los platos que servían. La razón principal que nos motivó a ir a este restaurante fue una de sus propuestas más innovadoras: el embutido marino. Sin embargo, al pedirlo, nos comunicaron que se había terminado. En su lugar, la camarera nos recomendó unos ahumados del cantábrico y el ragú de pulpo como entrantes. Al poco tiempo, sin embargo, nos sugirió cambiar a las gambas, ya que los ahumados podrían resultar repetitivos como aperitivo. Entonces, ¿para qué nos recomendó en primer lugar pedir los ahumados? ¿tampoco les quedaban y fuimos los elegidos para despachar las gambas? La espera por nuestra comida fue excesivamente larga, por lo que decidimos pedir un poco de AOVE para acompañar el pan. Parece ser que de esto tampoco había, ya que nos trajeron mantequilla. Una mantequilla sacada directamente del frigorífico y que parecía cortada a mordiscos (vean la foto). Además, el pan parecía haber del día anterior, con una miga seca y una corteza tan dura que costaba partirlo. Nuestra elección de un txakoli de la zona tampoco se cumplió, ya que nos sirvieron uno de Bilbao, muestra del pésimo servicio. Que, evidentemente, hicimos devolver y nos acabaron trayendo uno de getaria, que estaba caliente. Cuando finalmente llegaron los entrantes después de 40 minutos, nos encontramos con unas gambas pequeñas que parecían más adecuadas para un plato de arroz y un ragú de pulpo que no tenía un sabor destacable, simplemente sabía extraño, ni bueno ni malo. Pasando a los platos principales, pedimos un solomillo con patatas y un reno a la brasa. Sin embargo, después de haber terminado los entrantes, la camarera nos informó de que no tenían patatas para el solomillo y que tampoco tenían otras guarniciones disponibles, lo cual es sorprendente considerando que el restaurante cuenta con huerta propia. Finalmente, nos sirvieron un trozo de solomillo con muy mal aspecto (imagínense cómo sería que no nos lo cobraron) y que tuvimos que tomarnos sin ningún acompañamiento (vean la foto). En cuanto al pescado, nos quedamos tan sorprendidos ante la manera de servirlo, que no hicimos foto, pero era digno de ella. Lo describiría como si hubiera sido cortado a hachazos: sin cabeza y en tres trozos, uno paralelo al corte de la cabeza y otro transversal. Siendo vascos y amantes del pescado, nunca habíamos presenciado algo similar. Después de esta desastrosa experiencia, decidimos no pedir postres (ya habíamos experimentado suficiente) y nos encontramos con una sorpresa desagradable al momento de pagar la cuenta. A pesar de haber solicitado una ración de gambas y una de pulpo, nos cobraron dos sin habernos informado previamente, lo cual nos pareció un abuso. El total ascendió a 72 euros por persona, un precio excesivo para un restaurante que no cumplió con nuestras expectativas ni se acercó a su categoría de precio. En resumen, no puedo recomendar este restaurante y no tenemos intención de volver en el futuro."
"Una ubicación de ensueño, un interior de lo más acogedor, un servicio muy profesional y a la vez cercano, y una oferta de platos exquisitos y originales. Realmente impresionados. Nos recibió Andoni con una explicación del concepto y nos atendió Karlos respondiendo a todo tipo de dudas. Poder tener a la vista la huerta y la cocina, y que salieran a recoger productos que no conocíamos para explicárnoslos y dárnoslos a probar, fue un lujo. Experiencia inolvidable y formativa. Repetiremos."
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