Colegio San Viator Madrid Plaza Elíptica, 2, Usera, 28026 Madrid
Descripción
El Colegio San Viator de Madrid es un centro educativo católico fundado en 1962 por la Congregación de los Clérigos de San Viator, ubicado en los barrios de Usera y Carabanchel en Madrid. Nuestro colegio se basa en valores tradicionales pero también es innovador y de alta calidad, preparando a los alumnos del siglo XXI para enfrentar los desafíos de un mundo en constante cambio.
Nuestra misión es la evangelización a través de la educación, promoviendo un enfoque educativo basado en los valores del humanismo cristiano. La integración familiar, la conciencia crítica y la convivencia son algunas de nuestras principales prioridades.
El Colegio San Viator de Madrid es una estructura al servicio de la evangelización de la Iglesia, y nuestro equipo trabaja en diversos proyectos para lograr este objetivo. Más que un centro educativo, nos esforzamos por crear un ambiente familiar en el que los alumnos se sientan acogidos, respetados y queridos, lo que a su vez facilita un entorno óptimo para la educación y el aprendizaje.
Además de la enseñanza en el aula, ofrecemos una amplia gama de servicios y actividades para complementar la labor educativa y facilitar la organización de nuestras familias. Estamos a su disposición para brindarles toda la información que necesiten.
Como dijo una vez la educadora Teresa de Calcuta, "La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón". En el Colegio San Viator, nos esforzamos por llevar a cabo esta filosofía en todo lo que hacemos.
Además, les recordamos que el uniforme escolar del colegio está disponible para su compra en línea a través del siguiente enlace: https://www.scolar.es/sanviator/. El código del colegio para registrarse es SV2018F17621. ¡Esperamos verles pronto en nuestro colegio!
Fotos
Reseñas
"Las familias que llevan a sus hijos a este colegio, tienen colapsado el barrio aparcando en el carril bus, en doble fila, en una rotonda. Desde luego lo que destaca de esta comunidad educativa es el INCIVISMO."
"Lamento decir que mi estancia en este lugar fue de las peores experiencias de mi vida. Quizá tuve mala suerte, quizá las cosas han mejorado, pero lo que yo viví: - Profesorado pasivo, favoritista, poco profesional ¡Y hasta corrupto! Nefasto. - Gentuza por doquier. En mi vida he visto cosa igual, aún habiendo crecido en un barrio duro. - Nivel horriblemente exigente. Procedía de un colegio donde no bajaba del notable y durante el primer curso en este centro tenía suerte de aprobar con un suficiente. Respecto a la calidad humana, a modo de resumen: "errores" en las calificaciones, profesores envidiosos, robos, vandalismo, tabaco, alcohol, violencia e incluso algún incendio... He visto que han tenido que vender parte del terreno a una cadena de gimnasios: no me da la más mínima lástima ¿Llevarían ustedes a sus hijos a un lugar así?"
"El San Viator ha sido mi colegio desde los 5 años, entré en 1º de infantil, es un gran colegio. La educación es bastante exigente, aunque cuentan con proyectos para gente con necesidades especiales [como él aula TEA, para niños con espectro autista, o los proyectos de Pmar (proyecto de mejora del aprendizaje y rendimiento) así como diversificación] En este colegio lo que se promueve y se pide es el esfuerzo, el esfuerzo constante, que todos los días al llegar a casa tengas algo que hacer de deberes, de pequeño confieso que pensaba que la carga de deberes era excesiva, pero con el tiempo me he dado cuenta de que es el método para que la gente que estudia ahí salga como personas de bien y esforzadas, se centran mucho en aspectos como la religión, o el deporte, lo cual me parece bien ya que son apartados muy importantes de la vida, además, en cada asignatura cuentas con una variedad de competencias: científica, matemática, histórica, lingüística… Esto hace que relaciones todas las asignaturas entre sí, lo cual me parece genial. Las instalaciones se renuevan constantemente, hasta el punto de que quedan pocos lugares del colegio original, cuenta con un pabellón enorme donde se pueden realizar entrenamientos y campeonatos, así como una montaña con campo de césped artificial y canchas de fútbol sala, en definitiva, las instalaciones son de lo mejor, menos algunas zonas como los baños del patio que están bastante sucios, pero bueno, como en cualquier colegio, lo único malo que puedo decir es que siempre buscan rascar los bolsillos de la gente, pero a ver, cómo mantendrán las instalaciones si no? VIVA SAN VIATOR!"
"Estudié aquí los 12 años completos desde 1°EGB hasta COU. La formación que me dieron y los valores que tengo son en gran medida gracias a ellos. Los recuerdos que tengo son magníficos. Como todo en la vida, habiendo decenas de profesores, había de todos los niveles, desde los que no valían para la docencia (uno o dos a lo sumo) hasta los que eran brillantes y sacaban lo mejor de cada alumno (la gran mayoría). Solo espero que mantengan aún algo de aquella esencia."
"Fui a este colegio a finales de los 90, primeros 2000. En el aspecto educativo, la memorización y los kilos de ejercicios para casa era la base metodológica más extendida en casi todas las asignaturas, durante casi todo el periodo de enseñanza, echando por tierra la creatividad, la resolución de conflictos, la conexión con el mundo laboral y el aprendizaje colaborativo real, y si no “sabías bien la lección”, era tu problema (te tenías que buscar siempre y en todo caso un/a profesor/a particular porque tú eras el tonto o la tonta, y nunca al revés). Pero lo más grave no fue esto (pues sí agradezco que hubiera bastantes profesores competentes en su materia y que me enseñaran tanto a ejercitar la memoria para las oposiciones que estudié después), sino la flagrante pasividad ante casos de bullying como el mío. Era muy evidente y discriminatorio que a los alumnos del equipo de fútbol -hablo en masculino- y sus secuaces -pues siempre actuaban en grupo, nunca a solas- se les brindaba un apoyo tácito e incondicional por parte de ciertos profesores (algunos abiertamente de extrema derecha, ya que adornaban sus calificaciones con banderas de España y se sabía que suspendían automáticamente a alumnos con apellidos de origen vasco o catalán, algo más sangrante aún cuando uno sabe que la congregación religiosa que regenta el centro se originó en el sur de Francia/País Vasco). Pues bien, fruto de esta flagrante impunidad de varios secuaces del equipo de fútbol (no recuerdo si eran jugadores o simpatizantes), sufrí un curso entero de bullying atroz, muchas veces delante del propio profesorado, un acoso diario que me obligó a tapar mi personalidad creativa y sociable, el cual incluso me llevó a pensamientos autolíticos, cuyas consecuencias sigo sufriendo aún hoy en mi adultez. El inexistente protocolo antibullying del centro consistía en decirte: “No les hagas caso”, o a veces un silencio cómplice… y a seguir dando clase como si nada hubiera pasado, siempre que no hubiera violencia física, en cuyo caso se adoptaban medidas punitivas leves y transitorias. Nunca la expulsión temporal del centro, no digamos ya definitiva, que habría sido la solución más adecuada (intuyo que incluso hoy día es la víctima la que acaba siempre yéndose a otro centro, y no al revés, no solo en este colegio). Si tenías la osadía de identificarte abiertamente o simplemente tener una apariencia propia del colectivo LGTBIQ+, como era mi caso, corrías el riesgo de sufrir constantes burlas, ataques, persecuciones, humillaciones y vejaciones, dentro y fuera del aula, las cuales constituían el modus operandi de estos individuos que, insisto, contaban con la aprobación tácita de la administración del centro y de algunos miembros del personal docente, que directamente hacían oídos sordos a lo que ocurría. No niego que eran otros tiempos y que quizá el desconocimiento de protocolos en aquella época (y el hecho de que los padres y madres de alumnos en las etapas educativas en las que se daban estas situaciones eran vistos como clientes) llevó a la inacción generalizada del centro, pero esto fue así y lo pueden corroborar muchos otros alumnos. Además, fui testigo de bullying a otros compañeros por causa de obesidad, defectos físicos, trastornos como la dislexia o TDA, pero que entonces simplemente eran rarezas y motivo aceptado de burla constante, cuyo único método de supervivencia de la víctima consistía en el silencio y en rodearse de compañeros (en mi caso, compañeras) que supieran entenderte o al menos respetarte y protegerte. En definitiva, si a día de hoy esta situación no ha cambiado, si se siguen tolerando y no se atajan de raíz estas atrocidades que pueden llegar incluso a acabar con la vida de niños y adolescentes, no recomiendo para nada este centro educativo, en el que por un lado desde la congregación religiosa se promulgan mensajes de paz y amor al prójimo, pero desde el punto de vista clientelar se permiten estos comportamientos, especialmente a los jugadores de los equipos deportivos que tanto honor y gloria han dado siempre al Colegio San Viator."
Lista de negocios, lugares y servicios en Madrid
⭐ guía de negocios, 🔍 búsqueda de servicios, ☎ información de contacto, 🕒 horario de trabajo, ✍️ reseñas 🌍 direcciones & ubicaciones, 📷 fotos