Hotel Barometro - Restaurante Serpent de Camariñas

"Hotel con encanto. Cuidado con todo detalle y original.Muy bien ubicado. Igualmente el restaurante cenamos muy bien y el personal muy amable. Lo recomiendo"

"Hemos estado dos noches y la experiencia ha sido bastante buena. Es un hotel de nueva apertura en una casa antigua reformada con muy buen gusto. Lo que más nos gustó: la cama muy cómoda, la decoración y la súper bañera. El desayuno muy bueno con zumo de naranja natural, fruta fresca, embutido y yogur casero. La ubicación es perfecta y el personal es muy agradable. Muy limpio y amenities muy buenos. Además te dejan agua todos los días en la nevera. Lo que menos nos gustó: comimos en el restaurante el día que llegamos y la cocina es bastante lenta aunque las elaboraciones son bastante aceptables. Nos pusieron un aperitivo muy rico de paté de marisco y nos invitaron a un chupito. Comimos en la terraza y lo que no nos gustó fue que tuvieran una música muy diferente a la de dentro (la de dentro más relajada para comer y charlar) y la de fuera un estilo de reageton flamenco bastante horrible nada acorde con el lugar, ni la estética ni la carta (aunque eso ya es cuestión de gustos) En general estuvimos contentos con la estancia y felices de haber elegido este hotel."

"Nos encantó la ubicación, las habitaciones son preciosas y con aire acondicionado, la decoración, la amabilidad de su personal y el desayuno fue fantástico."

"Precioso el hotel, las habitaciones son un sueño, es acogedor y tranquilo estubimos muy agusto, el trato recibido nos hizo la estancia completamente maravillosa, repetiremos sin duda! Destacar que el desayuno es muy completo y está buenisimo"

"No se nos informó que la habitación INGLESA estaba acondicionada para minusvalidos. A pesar de ello, hay que resaltar que se trata de una habitación incómoda, sin vistas. Sólo existe un velux demasiado alto y pequeño para ventilar la habitación. Es necesario que el AC esté siempre conectado para que la habitación esté agradable para la estancia. El baño tiene ventana con cristales transparentes, sin cortinas, ni cristal tratado al ácido, con lo que todos los vecinos de la casas de enfrente ven lo que ocurre en el baño. El desagüe de la ducha no es capaz de drenar el agua de una ducha normal, con lo cual el baño se convierte en un lago deslizante. Muy peligroso. Los lavabos son dobles, pero sólo hay espejo en uno, no es operativo. Hay que reclamar las amenities, sino no te las dejan en la habitación. En la recepción del hotel no están en horario continuo. Cuando llegamos tuvimos que llamar por teléfono y esperar a que vinieran para realizar el check-in. Las camas son cómodas. Siempre hay un servicio de agua y refrescos gratuitos en la nevera de la habitación. El desayuno es correcto, se echa de menos que las tostadas del desayuno no sean de pan gallego, sin de pan de molde. Una pena también no poder desayunar/cenar en la terrazas exteriores del hotel. Su restaurante muy bien decorado, buena carta de vinos y platos con productos de la zona. La rehabilitación del edificio ha quedado preciosa, se ha conservado el antiguo barómetro de la fachada que da nombre al hotel. Sólo queda mejorar la atención al cliente. Saludos."