Ventura Casado N

"Entiendo que este lugar se llama "La Granja", y que está ubicado en esta dirección, fachada de color blanco, en un semi sótano. El lugar desde fuera parece atractivo, las chicas que atienden a la clientela son atentas e intentan hacer bien su trabajo de recibir y servir a los clientes. Lo que falla es la cocina. No recuerdo haber comido nada tan malo en muchos años. He dudado si este restaurante merecía por lo menos dos estrellas para recompensar en buen trabajo de las camareras, pero es que hay un límite a partir del cual el servicio no compensa la mala calidad de la comida en un restaurante y aquí se superaron todos los límites de lo razonable y de mi tolerante estómago. Pedí de primero pescaíto frito. Creo que eran boquerones, pero era difícil de determinar, ya que por un lado estaban tan fritos en un aceite tan oscuro y envueltos en tanta harina, que parecían chamusquina y no boquerones. Por otro lado, la mayoría de los pescados estaban desmenuzados, había colas solas, trozos de cuerpos, despojos de cuerpos pegados, pescados adosados y geminados con argamasa de construcción... o bien eran sobras de otro cliente vueltos a freír, o bien una mala manipulación del pescado congelado los había roto y el cocinero los había puesto en la cazuela sin mayores remordimientos. De segundo, el "especial del día" era conejo al ajillo, pero al observar en una mesa vecina un cliente que después de unos bocados había decidido parar y pasar al postre, decliné la sugerencia y opté por uno de los variados arroces del menú (llegué a pensar que era la especialidad del restaurante). Ese fue un error flagrante, ya que el arroz puede ser considerado el PEOR arroz de toda la geografía española. Arroces malos he comido, pero nada supera a un arroz negro que es amarillo, donde los calamares no tienen absolutamente ningún sabor, y donde el arroz tiene la textura de bloques de hormigón, afortunadamente sin ningún sabor. El alioli viene a ayudar a tragar tan desagradable plato. Observé a otros comensales que habían pedido arroz de marisco, y el marisco parecía seco y en estado de fosilización en una cama de arroz de color blanco, cama también de bloques compactos. Finalmente, llegó la hora del postre. Se me ocurrió preguntar por postres caseros y me atreví con una crema catalana. Pensé que al menos eso tenía que haberle salido bien al cocinero. ¡Gran error! Miren que es difícil encontrar una mala crema catalana en Catalunya (de hecho creo que nunca me he encontrado antes en esa tesitura), pues si quieren ver un raro ejemplar de crema catalana mala y que incluso como natillas no llega a un nivel aceptable, vengan al restaurante "La Granja" en esta dirección y pruébenlo. Puede ser una de sus experiencias más memorables de su viaje a Sitges. Como las desgracias nunca vienen solas, toda la tarde tuve arcadas y la mañana siguiente estuve suelto del estómago. Yo creo que fue el alioli, ¿y usted?"

"Nombre comercial de este restaurante: La Granja. La comida es muy mala, la paella no tenia pinta de paella, un arroz salteado sin sabor, los postres malos. Nos dijeron que el chef es español pero sinceramente este chef cocina muy mal. Lo único bueno de este restaurante era el servicio, las camareras muy amables."