El Rebost de Can Moragues

El Rebost de Can Moragues es un espacio de restauración con tienda ecológica. Nuestros productores ecológicos están comprometidos con la conservación de la naturaleza. La Fundación Emys asesora a los productores del Rebost para que cultiven sus ingredientes no solo de manera ecológica, sino en Agricultura de Alto Valor Natural: aquella que fomenta la biodiversidad. Estos productores son los que llenan los estantes del Rebost y ponen los ingredientes en los platos que degustas en el espacio de restauración. La custodia del territorio es una herramienta que utilizan las entidades ambientales para conservar la naturaleza en fincas privadas, llegando a acuerdos con sus propietarios y/o gestores para llevar a cabo actuaciones que ayuden a la conservación y al mismo tiempo mejoren la finca.

Maria Riera tiene su finca a pie de mar. Ella, al igual que todos sus hermanos, sigue el legado de una familia que hace generaciones que trabaja y ama la tierra. Maria lleva más de 10 años en custodia con Fundación Emys y participa en muchos de nuestros cursos de agricultura ecológica. Para nosotros es un referente de calidad, responsabilidad e innovación. Maria tiene una finca de 4 hectáreas dedicada a la huerta. Gracias a la custodia, hemos creado márgenes con flores y aromáticas para los polinizadores y mejorado la calidad de su suelo a base de rotaciones de cultivos y la producción de su propio compostaje.

Con la ilusión de defender unos valores de vida saludable, tranquila y que respete el medio ambiente, Gemma y Jou comenzaron su proyecto de gallinas ponedoras ecológicas en Can Bualous, en Riudarenes. Situados en un paraje espléndido, sus gallinas reciben todas las atenciones necesarias para producir unos huevos de la más alta calidad. Gracias a la custodia, Gemma y Jou hacen visitas guiadas a los clientes del Rebost de Can Moragues, venden sus productos en el Rebost de Can Moragues y reciben asesoramiento para conservar la biodiversidad de su finca.

Julià Masó trabaja en un entorno privilegiado. Mientras siembra las patatas o cuida sus famosas fresas, siempre tiene el pico de las Agudes en el horizonte. Su finca en el Pla de Les Arenes, a 1000 metros de altura, nos trae algunos de los productos más singulares de Can Moragues: fresas, arándanos o espárragos y cultivos de variedades tradicionales, como la patata del Bufet o la judía de Osor tierna. Julià tiene una finca de 6 hectáreas, donde combina la huerta, el secano y los frutales. Gracias a la custodia, Julià ha construido una balsa para la biodiversidad y ha mejorado su fertilización, favoreciendo la regeneración del suelo.

Lucas cultiva huerta ecológica en Massanes con su familia y otros compañeros, para dar respuesta a sus inquietudes de lucha por el medio ambiente y la justicia social. Junto con Jordi y Xevi han unido esfuerzos para hacer El Xapet, una iniciativa conjunta para hacer sus proyectos individuales más comunitarios y robustos. Lucas ha entrado su finca de 6 hectáreas en custodia con Fundación Emys este año 2020. Actualmente estamos estudiando su finca y la posibilidad de ayudarlo a implementar un campo de frutales, así como a restaurar una balsa.

Pere Coll forma parte de Emporarom, un proyecto que busca recuperar e innovar con los aromas del Empordà. Las plantas aromáticas de sus infusiones, como la menta o el saúco, se cultivan en Sant Sadurní de l'Heura, en una finca atravesada por dos rieras y que conserva un interesante mosaico mediterráneo. Pere cuida varios campos donde cultiva menta y saúco, y un bosque donde recoge romero y tomillo silvestre. Actualmente vendemos sus infusiones en el Rebost de Can Moragues y está en proceso de entrar en custodia del territorio con Fundación Emys.

Jordi Cervantes cría pollos ecológicos de raza rústica en Riudarenes, en la granja de Can Rechs, a menos de dos kilómetros de la Fundación Emys. Es por tanto un producto de proximidad y confianza total. Jordi, que se dedica principalmente a la venta directa de su producto, también vende sus deliciosos pollos en el Rebost de Can Moragues. Gracias a la custodia, Jordi recibe asesoramiento técnico y administrativo.

Blanca y Lluís comenzaron a producir su cerveza BdeGust para aportar su grano de arena a la sostenibilidad ambiental y social de su territorio. Su campo de lúpulo ecológico, situado en Caldes de Malavella, es uno de los pocos ejemplos de este cultivo que tenemos en Cataluña. Actualmente BDeGust está en conversaciones para entrar en custodia con Fundación Emys. Por el momento han colaborado con nosotros en un proyecto que les ha permitido plantar un centenar de aromáticas y un nido de abejas solitarias para favorecer la polinización y la conservación de estos insectos.

Anna de la Selvatana es una mujer con empuje y principios que siguió la iniciativa iniciada por su abuelo para llevar una granja de vacas lecheras y los campos de forraje que la rodean. En su finca de Campllong cuidan todo el proceso de principio a fin: cultivan el forraje, alimentan y ordeñan las vacas y producen leche, queso o yogur, que luego repartirán ellos mismos en escuelas y tiendas de la zona. Anna cuida 80 hectáreas de campos de forraje y cuida unas 80 vacas lecheras. Actualmente vende todos sus productos en el Rebost de Can Moragues y está en proceso de entrar en custodia del territorio con Fundación Emys.

Albert Horta vive y trabaja en medio de un mar de avellanos y bosques, en Brunyola, un pueblo conocido por producir las mejores avellanas de toda la provincia de Girona, la famosa avellana negra. Siguiendo el legado de la tradición familiar, Albert dedica todos sus esfuerzos y tiempo a lograr una cosecha de la máxima calidad. Junto con otros productores de Brunyola ha creado Masvellanes, que lleva adelante la marca Nuasets para acercar las avellanas de Brunyola al consumidor. Albert tiene 8 hectáreas de avellaneros. Gracias a la custodia hemos podido hacer la conversión de una parte de la finca a la agricultura ecológica. A partir de este septiembre podremos encontrar sus avellanas en conversión en el Rebost de Can Moragues.

Sergi de Meià es una de las iconos de la cocina ecológica de proximidad y con tradición en Cataluña. Entiende la comida como un placer, pero destaca la importancia de tomar conciencia hacia la naturaleza y la responsabilidad que tenemos con el medio ambiente, haciendo valer la cocina ecológica y de proximidad. Se identifica con la filosofía slow-food como otra manera de entender la gastronomía, redescubriendo la magia del producto que es bueno para quien lo consume, para quien lo produce y para el planeta. Todos los beneficios generados con este proyecto van destinados a proyectos de conservación de la naturaleza de la Fundación Emys y a proyectos de inclusión social de la Fundación Astres.