Restaurante ANTIGUA Carrer de Marià Cubí, 59, Sarrià-Sant Gervasi, 08006 Barcelona

"Las expectativas estaban altas y todo apuntaba a una gran comida, pero pronto todo desvaneció: - El local es de lo más agradable y está montado y decorado con gusto. - El agua es rellenada en el restaurante con el objetivo de generar menos impacto ambiental y es una iniciativa ideal, pero lo suyo sería informar al cliente, dado que si ven llegar una botella abierta sin esa información y con un texto no del todo fácil de leer en la botella, podría haber un punto de conflicto. - El primer plato, el caldo concentrado de langosta y gamba roja, fue lo mejor de la comida: un auténtico manjar. Sin embargo, llegó templado y asumimos que era la intención del cocinero. En cualquier caso, exquisito. - El atún rojo mediterráneo, macerado en soja y jengibre, llegó frío, y aunque esperábamos un plato, al menos templado, también encajaban la temperatura y el plato, con lo que nada que objetar. - El carpaccio de sandía, personalmente, no me apasionó. A mi pareja, sin embargo, le encantó, con lo que se trata más de una cuestión de gusto que de otra cosa. - Y llegamos al mayor de los desastres: el bao de cangrejo negro fue un auténtico desastre. El cangrejo estaba correcto, aunque tampoco caliente del todo; pero los chipirones estaban fríos, gomosos, como si llevaran un tiempo largo cocinados (30minutos mínimo). Se lo comentamos al camarero y volvió con otro platito de chipirones que acababan de hacer y, si bien estaban calientes, en cualquier sitio especializado en “pesca’íto” serían una ofensa: la textura era malísima. - El personal, correcto, sin más. Salvo el único hombre que iba sin el uniforme, que parecía ser el encargado y que era amabilísimo, el resto, sin más. Curiosamente, cuando nos retiraron los platos del cangrejo y dimos, por segunda vez, nuestra opinión, nos espetaron un “haberlo dicho antes”, cuando lo hicimos en el mismo momento de detectar el problema y fue él quien no fue resolutivo. Entre ellos tampoco parecía haber mucha sintonía (o esa impresión me dio). Daba toda la sensación de que, más que un ‘mise en place’, tenían todo cocinado con anterioridad, porque yo me quemo superfácil con la comida y todo estaba entre templado y frío, nada recién hecho (el hecho de que cuando se llevaran los platos del célebre cangrejo negro, los chipirones traídos de segundas e, inicialmente, menos malos y calientes, iban camino de tener la misma textura gomosa que los que nos trajeron en un principio en el plato). En resumen, una absoluta decepción. Menos mal que mi compañía era perfecta y todo se hizo más ameno, pero no es ni mucho menos mérito del restaurante."

"Probamos el famoso canelón y está bien pero es verdad que igual tenia tantas expectativas que no me pareció nada del otro mundo, sin embargo también probamos el buey francés “onglet” y estaba espectacular. E igual con el postre, pedimos el trío de chocolates y realmente delicioso, el mejor chocolate que he probado. Por cierto fuimos con El tenedor y nos salió bastante bien de precio. Muy recomendable!!"

"Repitiendo después de tres años. Restaurante clásico, recogido y cuco. Y aunque sin mayor repercusión en redes sociales, crea su claro ejemplo. Un mercado objetivo claro. Que se puede permitir un precio superior pero con una calidad que lo apoya. Si algo he de decir es que los platos no llegaban calientes, más bien templados. Pero acerca de elaboración, cantidad y calidad nada que decir pues es excepcional. Lugar de referencia"

"Todos los platos que comimos estaban muy buenos. La presentación es muy limpia. Las carnes impresionantes. El local es pequeño pero bonito y acogedor, un poco oscuro en mi opinión. Los camareros muy profesionales aunque tardaron mucho a servirnos entre plato y plato. Los postres muy logrados. Lo descubrí por el tenedor y con el descuento vale la pena, sin él, no iría. Las raciones son un poco pequeñas y el precio es un poco elevado."