Casa Rural Cerezas y Miel

"Una maravilla de escapada familiar con amigos. La casa muy bonita, acogedora y estaba hiper limpia. La distribución permite distintas opciones de alojamiento. El exterior, precioso, lleno de rincones diferentes para que todos, niños y adultos, pudiéramos disfrutar de cada momento del día. El pueblo y el entorno con un encanto increíble. Nos marchamos con muy pocas ganas. Tenemos pendiente volver en verano para poder disfrutar de la piscina y el solárium. Sitio totalmente recomendable."

"Una casa muy bien cuidada. Mucho espacio y todo muy limpio. Estuvimos muy a gusto y aunque no pudimos aprovechar el exterior, por el tiempo, en primavera/verano debe ser una pasada. María muy amable y todo genial. Repetiremos en otra época del año!!"

"Todo perfecto. La casa es muy grande y acogedora, la distribución de las habitaciones de arriba es muy divertida. Se le saca mucho jugo a la casa en invierno y en verano. Estuvimos en la fiesta de Halloween y en el pueblo que es pequeño organizaron una fiesta genial. Tanto el entorno como el pueblo preciosos. Lugar con mucho encanto."

"En 3 palabras: ¡NOS HA ENCANTADO! Los dueños muy atentos y todo impecable y sin faltar detalle. El entorno y paisaje también preciosos. Hemos estado a gustísimo, los niños con espacio de sobra para correr y jugar y el colofón la piscina. María y Carlos, de 10. Sin duda alguna: ¡repetiremos! José, Isabel, Iker y María."

"Hemos pasado unos maravillosos días en familia en esta espectacular casa a la que no le falta de nada. Dicen que las cosas importantes se encuentran en los pequeños detalles. Pues bien, Cerezas y Miel está lleno de ellos desde la puerta de entrada, que nos recibe con un precioso jardín, hasta la buhardilla, donde tres amplios dormitorios, comunicados a través de dos cuartos de baño, proporcionan un reconfortante descanso. Hemos podido disfrutar tanto de la piscina (cuidada estupendamente por los dueños en cuanto a mantenimiento se refiere) así como del gran patio exterior que rodea la casa y que incluye: zona de juego para niños (y mayores), solárium, zona chill out, barbacoa, barra de bar y equipo de música para ambientar la velada. En el interior, además de la mencionada buhardilla con los dormitorios, un par de dormitorios más en la planta baja y un acogedor salón con chimenea (que pensamos probar en invierno porque seguro repetiremos), aunque sin duda alguna la joya de la corona de Cerezas y Miel es la inmensa cocina, donde hemos compartido buenísimos momentos alrededor de la gran mesa que tiene en el centro. A destacar, la limpieza y el equipamiento de la casa pero muy especialmente el trato recibido por parte de los dueños. Muchas gracias, María, por habernos permitido ser muy felices en tu casa."