Hostal restaurante el Final

"Restaurante en el Cabaco con especialidad en carnes a la brasa. La carne estaba espectacular tanto el lomo, la parrillada o las chuletas de cordero. Muy buena atención y una terraza trasera maravillosa para las noches de verano."

"Hemos pasado una noche, habitación normalita, colchón muy básico y bajito y la limpieza del baño deja mucho que desear sobre todo la ducha que estaban los rincones negros. En general da poco olor a limpieza cuando llegamos. Bajamos a cenar y la comida estaba buena."

"Ruta en moto por la zona y paramos a comer en este restaurante sin conocerlo, pero he de decir que fue un acierto total. La comida estaba riquísima, platos generosos y bien presentados, las patatas meneadas, la plumilla, la tarta de queso etc estaba todo buenísimo. Merece la pena sin dudas"

"Una experiencia agradable. El ambiente es relajado y acogedor, ideal para una comida tranquila. La comida es deliciosa, con platos casuales que tienen un toque especial. Recomiendo la plumilla es simplemente espectacular. El servicio es atento y amable, aunque a veces puede tardar un poco en horas pico. Los precios son razonables para la calidad que ofrecen. En general, una visita que vale la pena para disfrutar de sabores auténticos en un ambiente agradable.""

"No pongo 0 estrellas porque no se puede, una experiencia para olvidar. Nos dieron la habitación n°40 y cuando subimos y entramos ya fue para ponerse a llorar. Mira que a mi me da igual que los muebles sean viejos si todo está limpio pero ni lo uno ni lo otro. Una habitación anclada en los 70s llena de suciedad y telarañas. Colchas y almohadas sucias, el techo a punto de caerse, empalmes en los cables y la tele enganchada con una goma. Lo peor de todo era el CALOR y que no podíamos abrir la ventana ya que estaba la chimenea del restaurante y cuando abriamos nos entraba todo el olor a fritanga. Le preguntamos si podíamos cambiar de habitación y nos dice que el hostal estaba lleno pero yo no vi ni escuché a nadie entrar a las otras habitaciones en toda la larguísima noche que nos pegamos sin dormir tanto mi mujer como yo, ya que si te movías empezaba a oler fuerte a polvo. Y porque mi hijo se durmió y no lo quería despertar porque era para salir corriendo. Una pesadilla. Eso si, los 70 pavazos si que los cobró el paisano por un cuchitril. No lo recomiendo ni volvere desde luego."