Ilustre Colegio Oficial de Enfermería de Jaén Calle de Sefarad, 42, 23005 Jaén

"Llame por teléfono para consultar una cosa, el que me atendió la teléfono era un sinvergüenza, sin empatía, y borde, total que como Jaén es un pañuelo, me dijeron que es un enchufado de su padre, que no sirve ni para estorbar y lo colocaron ahí."

"Sin comentarios. Doy 3 por el equipo de oficio y administración que tiene tan bueno. Sus funciones como colegio lo dejo aparte."

"Aprovechando que nos obligan a colegiarnos para poder acceder a un puesto de trabajo en el servicio público de Salud, son el organismo más caro de toda Andalucía, que presta menos apoyo a sus colegiados y que malgasta nuestra cuota en absurdeces, casetas, pamplinas, etc que para nada nos benefician a los colegiados. Y cd pides ayuda o requieres algún servicio extra te olvidan, no atienden a sus colegiados y nos dan largas. NO lo recomiendo, enfermeros colegiaros en otras provincias o CCAA"

"Mala gestión y falta de personal. (Para hacer una reseña en Google de la Residencia del Colegio de Enfermería, no te dan opción, te remiten al Ilustre Colegio Oficial de Enfermería, con lo cual, se curan en salud de recibir comentarios negativos). Hemos tenido a mi padre en esta residencia seis meses y la experiencia ha sido totalmente negativa. Un auténtico descontrol para todo. Siempre mendigando por unos cuidados y unos servicios, que nunca llegaban. La falta de personal es más que evidente, las auxiliares siempre desbordadas, sin poder atender a nadie como es debido. Por poner un ejemplo, uno de los últimos fines de semana que ha estado mi padre allí, sólo había de personal para 58 residentes, cuatro personas el sábado y cinco el domingo. Totalmente caótica: no te informan de nada, no sabes qué es lo que comen, si descansan bien o no, si lo atiende la fisioterapeuta o no… Y del servicio de Psicología que anuncian en su web, no he oído hablar nunca. Cuando llamábamos a la residencia para preguntar que qué tal estaba mi padre, siempre respondían que muy bien y al rato de seguir hablando, te preguntaban que cómo se llamaba tu padre. He escrito en varias ocasiones a la dirección para contarle la situación, y la última vez ni me contestó. Me llamó cuando se enteró de que cambiábamos a mi padre de residencia y me dijo que no había visto el correo, que se le había pasado entre tantos correos que recibía, que porqué no la había llamado… Podría contar muchas más cosas, pero ya he ilustrado por encima lo mal que lo hemos pasado. Sería injusta si no le agradeciera a David, el trabajador social de la residencia, su dedicación. Él siempre ha hecho lo que ha estado en su mano. Menos mal que sacamos a mi padre de ahí y ahora está en otra residencia: él encantado y nosotros más tranquilos por su salud. Y aunque todavía es pronto para valorarla, la mejoría y la atención que hemos ganado es más que notable."

"Necesario por desgracia para los profesionales, ya que de no ser así no verían ni un céntimo mío. El trato que se recibe por parte del personal, como el señor Sebastián es de todo menos profesional. Las mujeres son mas agradables, aunque en cuanto no saben de algo, o no es su competencia, te mandan de nuevo con él, aunque tu trates de evitarlo. Una pena que uno de los mejor considerados colegios a nivel institucional en España, tenga un personal tan poco humano. Se le quitan a uno las ganas de tener ningún trato o de ir a ningún curso."