Cueva de la Graja

La Cueva de la Graja se encuentra en el extremo norte del macizo del Aznaitín, en un lugar conocido como «La Cimbra», aproximadamente a un kilómetro de Jimena. Sierra Mágina, debido a su naturaleza caliza y a la acción que ejerce el agua, alberga grandes cuevas, covachas y abrigos. Esto unido a los numerosos manantiales, en algunos casos de aguas termales, y a la abundancia de caza y de una vegetación natural capaz de proporcionar frutos silvestres, hizo de este un lugar muy atractivo para la vida de los primeros pobladores del alto Guadalquivir.

La Cueva de la Graja, declarada en 1924 Monumento Histórico Nacional, es un abrigo no muy amplio y cerrado mediante una verja. En estas representaciones del periodo Neolítico destacan dos escenas, una de pastoreo y otra ritual. Hay un total de siete grupos de figuras esquemáticas, muchas de ellas con un tocado de plumas o de cuernos.

Según algunos investigadores, las representaciones humanas no simbolizan su forma física, sino la de espíritus. Los antiguos habitantes pensaban que al pintar las figuras humanas sobre las paredes la roca capturaban el espíritu de los muertos evitando que causaran daño a los vivos.

Sierra Mágina forma una barrera natural entre el Alto Guadalquivir y las sierras granadinas. En su cara Norte se sitúa la depresión del Guadalquivir, mientras que en su vertiente Sur enlaza con los Montes Orientales.

Al norte de la sierra se localizan una serie de elevaciones como el macizo del Aznaitín, de naturaleza caliza, en el que el modelado kárstico y la erosión hacen que el albergue cuevas, covachas y abrigos, que han sido aprovechadas para alojar diversas manifestaciones rupestres. Es en este lugar conocido como «La Cimbra», donde se ubica la Cueva de la Graja.

Las pinturas fueron descubiertas en 1902 por Eduardo Cobos, notario de Jimena. Seis años después, el historiador González-Moreno realizaría el primer estudio detallado en su obra «Pictografías andaluzas», siendo uno de los primeros conjuntos de arte rupestre que se investigaron en la Península.

En 1924 la Cueva de la Graja fue declarada Monumento Histórico Artístico.

Longitud del trazado: 700 m. Duración: 30 minutos Grado de dificultad: media.

Este sendero nos conduce a la Cueva de la Graja considerada de gran interés Etnográfico. En la cueva encontramos una serie de pinturas rupestres que ponen de manifiesto la presencia de grupos de pastores que entre el IV y III milenio a.C. poblaban estas sierras.

Las pinturas constan de 15 grupos diferentes, 8 situadas a la izquierda y 7 a la derecha. Próximo al techo del grupo principal, a unos 3, 5 m del suelo, las figuras son poco visibles a causa de la disolución de la roca, haciendo que hayan pasado desapercibidas durante algún tiempo.

La Cueva de la Graja fue declarada Monumento Nacional en 1924 que, pese al deterioro que han sufrido algunas de las pinturas y la dificultad de acceso a la propia cueva, constituyen un valioso tesoro artístico para la zona, muy apreciado por los expertos.

Adentrándonos en el sendero observamos el pie de monte, muy escarpado y pedregoso para ser cultivado. Podremos observar también la presencia de matorral bajo, pastos y algunos almendros. Ejemplares de encina y pino carrasco indican la posible existencia de bosques en esta zona en el pasado.

Deténgase un segundo en el abrigo y contemple las maravillosas vistas que le ofrece el olivar de Mágina junto con las huertas del municipio de Jimena.