Los Rurales de Benalmádena

"He hablado con la mujer para organizar un evento....y aparté de muy mal educada...una loca"

"Una vergüenza, después de recorrer 1000 km llegamos y nos mandan a "comer una paella a la playa" porque tenían una boda organizada y nuestra casa estaba ocupada. Nos metieron en una casa con todas las paredes de cristal y sin intimidad, cuyo porche no se podía utilizar de noche debido a que si encendias la luz saltaba el automático. Un auténtico robo y una vergüenza"

"Estuvimos 16 personas pasando una semana en agosto. Reservamos las cuatro casas disponibles. Es un lugar muy recomendable, por las amplias zonas de césped que tiene, por su piscina y por estar siempre en contacto con la naturaleza, además de por su magnífica situación, junto al pueblo de Benalmádena. De las cuatro casas, una está muy bien cuidada, la que está junto a las piscina, mientras que las otras tres son un poco más antiguas. Hay animales sueltos: gallos, gallinas y pavos reales, que hicieron muy felices a los niños. También caballos enanos, que el dueño saca a pasear pidiendo siempre antes permiso. A pesar de las altas temperaturas estuvimos muy bien gracias a su extensa vegetación. El dueño, Idamor, tiene su casa en el centro de la parcela, pero es muy educado y no se nota su presencia en ningún momento, ya que es muy discreto. Recomendable para pasar una semana en la costa del Sol."

"Espectacular lugar para relajarse y disfrutar de la naturaleza en un marco incomparable. Rústico pero limpio, la amabilidad y simpatía de los dueños no impide tener una estancia independiente. Muy recomendable para todas las edades."

"Estuvimos allí 16 muchachos, 8 españoles y 8 franceses, para celebrar una despedida de soltero. Salió a 25 euros por persona y noche aprox. Es un lugar muy espectacular por sus amplios terrenos naturales, con césped y animales sueltos como pavos, patos, gatos... una piscina grandísima y muy buenas vistas al mar y situado en el mismo centro de Benalmádena pueblo y, a pesar de ello, muy tranquilo. El espacio está dividido en varios apartamentos, el más grande y mejor ubicado de todos es el de los dueños, que viven allí. Los 5 apartamentos en los que estuvimos están separados pero relativamente cerca entre ellos, excepto el que me tocó a mí, que está a unos 100 metros de la piscina cuesta arriba y se hace agotador tener que ir subiendo y bajando para reunirte con tu grupo o coger una cosa u otra. Los apartamentos están sucios y tanto estos como las instalaciones en general, bastante mal mantenidos. Barbacoas herrumbrosas, neveras que no funcionan, grifos sin agua, puertas que no cierra o bañeras oxidadas entre otras cosas. Hay dos formas de acceder al recinto, una de ellas en coche, a través de una cuesta no asfaltada y llena de agujeros y rodadas, aparte de relativamente estrecha. Nunca se cerró desde que estuvimos allí. La otra es exclusivamente peatonal y da a la plaza del centro. Lo curioso de esta última es que casi siempre estaba abierto y, si está cerrada no pasa nada porque la llave está colgando de una cuerdecita de una de las bisagras, lo que facilita cogerla y abrir. En general la sensación de seguridad es poca, aunque sí se siente privacidad... mientras uno no se plantee lo sencillo que sería entrar para cualquier amigo de lo ajeno. La zona de césped y piscina está muy bien, aunque el dueño nos explicó que estaba prohibido jugar al fútbol por el bien del césped y las instalaciones. Nosotros jugamos al voley con una red del decathlon que clavamos en el césped y el dueño no dijo nada, sin embargo cuando quienes no se habían enterado de la prohibición intentaron jugar al fútbol, no tuvieron tiempo a dar 5 pases: el dueño recordó la norma y nos fuimos todos a la plaza del pueblo a jugar. Los propietarios son agradables y educados. A la hora de recoger preguntamos qué limpieza nos correspondía a nosotros y nos pidió que simplemente ordenásemos las cosas y pasásemos la escoba. También nos dijo que la basura podíamos dejarla arriba, en su furgoneta para que el la tirase. Para mí lo peor del lugar es la suciedad: vasos, tazas y cubiertos estaban apreciablemente sucios, los rincones de los apartamentos parecía que hacía tiempo que no recibirán atención, en la pared del lavabo de mi baño había manchas de sangre... y más. Vinos cuatro cucarachas, dos por las zonas exteriores y dos en sendos apartamentos."