Arde Restaurante

"Restaurante dentro del hotel Zen Balagares. Muy bueno el menú para comer, a elegir entre 3 primeros, 3 segundos y 3 postres incluida la bebida, todo muy rico y de calidad, destacar a María excelente en el trato y muy profesional que nos atendió en todo momento, ambiente muy agradable y sin tiempos de espera entre plato y plato, por supuesto repetiremos pronto."

"Teníamos cena incluida en el hotel, y la verdad, nos gustó mucho tanto la atención recibida como el ambiente tranquilo y la selección de platos para la cena."

"Comida elaborada con productos de la zona, con mucho cariño y esmero por Cefe (chef). Tanto en la cafetería, como en el restaurante, puedes comer o cenar, disfrutando de la comida, con un poco de paciencia, ya que el servicio es atento."

"Estuve cenando en la cafetería Arde del hotel Balagares la noche del sábado. Pedí la hamburguesa "Mata la fame", que no está en la carta y me hubiera gustado que me contaran que lleva PIÑA y me dijeran cómo quiero la carne, ya que estaba muy cruda. Además luego pensé que soy alérgica a las nueces y las avellanas y recé para que no llevase ninguna de ellas. El pan de croissant está buenísimo pero la hamburguesa no vale los 14 euros que cuesta, la verdad. Las salsas te las ponen en sobres y estaría bien que fueran en cuencos, un detalle que merece el sitio que es precioso. El ambiente me gusta por su decoración pero para comer tienes que buscar una mesa alta y cómoda porque las bajas de sillones están pensadas para tomar una copa y no para comer. Hay un dj poniendo música de ambiente muy agradable aunque un pelín alta y lo que no me gustó es la tele con un partido de fútbol. El servicio es muy amable y atento aunque haría falta un poco más de presencia en sala (creo que se debe a que comparten servicio y cocina con el restaurante que está al otro lado de la pared). Cefe, el chef, salió a saludarnos muy amablemente y le comenté todo lo que aquí escribo. Ha ideado una carta muy apetecible, usando materia prima autóctona y combinándola con el buen hacer de quien tiene mano y creatividad. Se nota que sabe lo que hace. Le voy a dar otra oportunidad sin duda, ya que me muero por probar la pizza de boletus y pitu o cualquier otro plato de la carta que además están a un precio muy ajustado (lógico teniendo en cuenta que tienes que ir hasta allí en coche y es bastante complicado llegar). Pero creo que irá puliendo detalles y va a tener éxito, ya que es un concepto muy muy bueno y no hay nada igual en Asturias. Me queda la duda de si admiten mascotas en la cafetería."

"El restaurante deja muchísimo que desear, tanto por la calidad de la comida como por el servicio y el ambiente. No recomiendo comer aquí, ya que la experiencia fue muy decepcionante. Para empezar, nos hicieron esperar bastante tiempo para sentarnos, a pesar de que había muchas mesas libres. La carta no tenía nada que nos llamara la atención, así que optamos por pedir unas tapas variadas, pensando que sería lo más seguro. Nos equivocamos. Nos trajeron un aperitivo de dos chupitos de alioli y tomate, sin explicarnos qué eran ni por qué los ponían. Nos pareció una elección extraña para Asturias, pero bueno, tampoco le dimos mucha importancia. Luego llegaron las croquetas, que estaban templadas y aceitosas, y apenas tenían sabor. El aguacate "asado" era medio aguacate duro y frío, con tres langostinos mal limpiados y sin ninguna salsa o aderezo. El tartar de salmón con ají blanco era una broma de mal gusto: trozos grandes de salmón sin limpiar, con espinas, grasa y fibras, y un ají insulso y aguado. Los tacos de cochinita pibil eran una masa seca y sin gracia, con rúcula en vez de cilantro y sin ningún toque ácido que le diera frescura. El bao de... algo era un pan frío y grasiento, con una carne irreconocible y una salsa extraña. Solo le dimos un bocado y lo dejamos. Y el tiramisú, que supuestamente era "receta tradicional", era un desastre: un bizcocho deshecho y empapado en una infusión de café frío que nos sirvieron en una tetera. Véase la foto. La comida fue tan mala que nos costó terminarla, pero lo peor fue el servicio. Con seis camareros para atender a los pocos clientes que había, parecía que no daban abasto. La única que se esforzaba era una chica con el pelo corto, que fue muy amable y atenta. Los demás eran lentos, descuidados y poco profesionales. El que creo que era el más joven se dedicaba a tirar los platos sobre la mesa, sin explicar qué eran ni cómo se comían, y a bromear con sus compañeros en vez de atender a los clientes. Para colmo, el ambiente era muy ruidoso e incómodo. Había gente hablando (gritando) por el móvil, niños haciendo ruido y silbando, sin música para amortiguar el ruido... Parecía un bar de carretera, no un restaurante de un hotel de categoría. Algo inaceptable es que los camareros nos vieron poner mala cara cuando probabamos la comida y no preguntaron nada, ni si quiera cuando recogieron los platos casi sin tocar. En resumen: fue de las peores comida que he tenido en mi vida, y encima caro. No volveré nunca más ni se lo recomendaré a nadie. A evitar!"