Hostería de Torazo

"Hablando solamente de la parte del SPA. Tengan cuidado al reservar, ya que tienen turnos infantiles y que les informen que van a uno de ellos, en mi caso no me dijeron nada y me lo encontre cuando iba a buscar una tarde de desconexiones. Los niños parece que estan en la piscina municipal, saltando a la piscina y jugando todo el rato. Tambien decir que en ningun momento el hotel ha puesto solución ni remedio a su error."

"Antes que nada, dejar claro que esta reseña se refiere única y exclusivamente al SPA, puesto que no estuvimos alojados en el hotel. He estado en varios SPA, en diferentes épocas del año y lugares. En todos ellos, con sus más y sus menos, hay un momento especialmente agradable: justo cuando acabas de llegar, y tras la ducha fresquita de rigor, te sumerges en la piscina principal y sientes ese indescriptible placer, mientras notas que todo el frío escapa de tu cuerpo, y te provoca un gran relax. Al rato, por supuesto, tu cuerpo se acostumbra y aunque nunca dejas de estar a gusto, si quieres volver a sentir algo similar al principio, es obligado pasar un poco de frío (con otra ducha, o con alguna piscina de agua más fría). Con esto, pretendo dejar claro que no soy lerdo, y entiendo lo que es la adaptación del cuerpo a una temperatura determinada. Pues bien, este SPA dispone de una única piscina de agua FRÍA. Al entrar por primera vez, no sientes nada ni remotamente cercano a placer, sino más bien ganas de estar poco tiempo, como si estuvieses entrando al Mar Mediterráneo. Fantástico para un baño en la playa, pero nefasto para una experiencia de SPA. En el pediluvio (la espiral donde caminas sobre cantos mientras salen chorritos a las piernas) nos explicaron que teníamos una serie de botones, de más frío a más caliente. Cuánto más hacia el frío pulsásemos, significaba que saldrían más rato chorros fríos que calientes, y viceversa. Ávidos y desesperados por un poco de calor, pulsamos el botón del extremo caliente, buscando chorros calientes durante más rato, en ese supuesto contraste térmico que íbamos a experimentar. Y digo supuesto, porque no hubo tal contraste. Los chorros siempre fríos, de principio a fin. Fríos de verdad, no fríos como la piscina, sino helados. Normalmente en todos los SPA, no soy muy amante del baño turco, por resultarme agobiante. Suelo pasar el ratito de rigor, por sus beneficios para la salud. De hecho, el propio personal de este SPA nos recomendó no estar allí más de un minuto seguido. Pues el resultado fue que casi me duermo. La sensación de agobio era nula. Podría haber estado una hora allí, sin exagerar un ápice. La puerta parecía la de un cobertizo, y se notaba el aire frío entrando desde fuera, por todas las ranuras que había. De hecho, podría haberme puesto a beber una infusión allí dentro sin agobio. Por cierto, las infusiones "gratuitas" fueron el único buen detalle, ya que al final acabamos todos los que estábamos allí bebiendo una, y comentando lo fría que estaba la piscina, que quedó desierta. Algo insólito en cualquier SPA, un sábado, tener la piscina principal (y única en este caso) desierta. Se lo comuniqué al personal. La respuesta, al rato, fue decirnos que el agua estaba a 31 grados, como marcaba la ley, y que ellos no ponían el agua tan caliente como otros SPA. Sobre leyes no soy experto, pero sí puedo decir que si eso es la ley, entonces Hostería de Torazo es el único SPA que la cumple, así que estamos ante una emergencia sanitaria, permítaseme la sorna. Se me pasó por la cabeza solicitar la hoja de reclamaciones, que es justamente lo último que tienes en mente cuando vas a relajarte a un lugar de estos. Pero justo después teníamos un masaje de media hora, y decidí que seguramente el masaje compensaría un poco el mal rato, así que mejor dejar la guerra para otro día. Craso error. Mi pareja al parecer tuvo algo más de suerte, pero a mí me tocó el masaje de "imposición de manos". Lo he llamado así, copiándome de otra reseña que leí y que me hizo gracia, porque yo no podría haberlo descrito mejor. Fueron numerosos (¿diez? ¿quince?) los ratos de unos 30 segundos en los que sentía unas manos quietas sobre mí, sin hacer nada. A lo mejor es lo que dicta la ley de los masajes, y nuevamente son ellos los únicos que la cumplen. A lo mejor es ilegal dar un masaje relajante, y lo legal es darlo desesperante. En definitiva, no puedo recomendar este lugar, en el que nos tomamos la infusión más cara de nuestras vidas, ya que fue el único calor y consuelo que encontramos allí."

"Nos gustó mucho el hotel en general. La decoración exquisita y con mucho gusto. La atención del personal muy buena. El Spa bastante bien, no muy grande, pero para relajarse está muy bien. Bonito el entorno y el pueblo."

"Estuvimos alojados hace un par de semanas mi marido y mis hijos, he de decir que el sitio nos encantó. La única pega fue la limpieza de las habitaciones, el primer día el suelo del baño estaba sin pasar, lo indiqué en la recepción y no me hicieron mucho caso. Al día siguiente, debajo de las camas estaba todo sucio, incluso uñas y migas es como si hubieran echado toda la suciedad debajo de la cama. Lo mencioné en recepción y la chica morena, me ignoró totalmente! No nos gustó sus formas, creo que cuando un cliente indica que la limpieza no es buena, deben saberlo y comprobarlo para que no se repita!"

"Fui hace unos meses, antes del verano y las habitaciones estaban llenas de polvo y suciedad, sobre todo debajo de la cama. No se si sería porque apenas tuvieron ocupación en invierno, pero no es excusa para no darles un repaso a las habitaciones no ocupadas... Las comidas estaban ricas pero falta variedad y sobre todo verduras, que parece que el chef les tuviera alergia.... El pan para celiacos no es muy bueno. Espero que mejoren porque por el entorno y todo me encantaría volver, pero, me lo pensaré la próxima vez.... Una pena, porque el personal es amable, aunque tienen detalles tontos, como que si pides mas pañuelos no te los dan porque dicen que solo se ponen al principio de la estancia....."