Albergue de Peregrinos de San Esteban de Leces

"Después de casi 20 años de peregrina, este albergue es el peor que me he encontrado en el camino, no por el trato de Yoli que fue excepcional, si no por el señor que no apareció en toda la tarde/noche. Días antes llamé para ver si había posibilidad de cenar en el albergue o tenía que comprar algo por el camino (para mi y mis hermanos) y este señor (no se como se llama) me dijo que me vendía alimentos (no frescos) para cenar, por lo tanto decidimos no comprar nada durante el trayecto, cuando Yoli se fue (sobre las 18:30 h.) le dije si me vendía los alimentos y me dijo que después vendría su marido o pareja, cosa que no sucedió y tuvimos que cenar unas barritas y unos pocos frutos secos que llevábamos y no fuimos los únicos habían dos chicas más y una señora extranjera en la misma situación. Y yo no miento, si no aceptan las críticas es que no se plantean cambiar, porque un crítica constructiva es para mejorar.. ahí lo dejo"

"El albergue se encuentra a 5km aproximadamente de Ribadesella, tras acordar que nos fueran a recoger al pueblo para llevarnos al albergue, nos dejan tirados. Subimos en taxi, llegamos al albergue y no nos recibe nadie, allí están nuestras mochilas que enviamos por servicio de Correos. Tras llamar a la chica que debería habernos recibido, nos guió vía telefónica habitación tras habitación llenas de literas con gente durmiendo a una habitación final bastante deplorable, rebuscamos sábanas y cubre almohadas no desechables. Los aseos estaban en la parte de fuera, al lado de un perro que gruñía y ladraba, fuimos advertidos por la trabajadora de "no acercar la mano para no perderla". A las 11 de la noche, tras acostarnos, escuchamos un coche llegar al albergue, salió un hombre cantando a viva voz y en tono altivo, entró haciendo ruido y de forma escandalosa cuando todo el mundo dormía, grito "está noche mató a alguien". Ahí decidimos irnos corriendo del lugar. Intentamos contactar con el servicio de taxi de Ribadesella pero no estaba en servicio, tampoco había servicio de Uber, pésima comunicación ante cualquier urgencia. Finalmente llamamos a la guardia civil, que fueron muy amables, nos ayudaron mucho y nos indicaron que llamaremos a otro municipio en busca de transporte. Finalmente conseguimos un transporte privado que nos llevó a Colunga, donde conseguimos un alojamiento en un hostal. Somos peregrinos con experiencia hemos realizado el camino portugués y primitivo, ahora el del norte y con diferencia nuestra peor experiencia en un albergue. Turigrino va a ser que no, ahí tienes los sellos de los albergues en los que he estado."

"Vimos puntos negros y manchas amarillas en las sábanas, que suelen ser señales de que hay chinches, también conocidas como ácaros de cama o "bedbugs". Eso es lo que nos preocupó más. Por lo demás el albergue estuvo bastante bien. El hombre del que la gente se queja tanto en las reseñas fue muy majo con nosotros, hablaba alto como decían pero nada demasiado desagradable. Lo mejor de todo fueron los gatos que tenían, adorables. Le damos 3 estrellas por el conjunto de cosas que observamos: los servicios, las camas, etc. Y lo de las supuestas chinches."

"HOSPITALEROS POR FIN! Los que llevamos años haciendo el camino vemos como se han degradado los albergues y la solidaridad, puesto que cierran municipales o los privatizan con precios astronómicos. Yoli y Pablo te cobran 15€ sí, no es la voluntad, pero te hacen sentir como en los viejos tiempos! Desayuno abundante, te dan todo lo que tienen y con un ambiente y hospitalidad genial. Mientra quede gente como ellos, el camino seguirá existiendo... Si no, será una ruta más a pie que un dia se llamó el Camino de Santiago! Gracias una y mil veces, a casa de Yoli y Pablo, vuelve a Leces!"