Recinto Ferial de La Línea de la Concepción

"Que decir de la feria de mi ciudad, que es preciosa, que hay que tener la experiencia de vivirla y disfrutarla,que todos los que llegan son recibidos con los brazos abiertos y que lo mejor es haber tenido la experiencia de haberla vivido en sus 9 días con la cantidad de actividades en esos días. Quienes no hayan tenido ese oportunidad les esperamos para el próximo año con los brazos abiertos."

"Cariiisimo todo,es una pena porque siempre íbamos más días, pero con esos precios y algunas atracciones han recortado el tiempo de disfrute,la verdad es para pensárselo."

"Primera vez que voy a esta feria y me encanto! Estuve en la caseta municipal y la atención fue muy buena, ambiente familiar y buen espectáculo. Sin duda regresaré el próximo año"

"Traduzco la reseña que el reputado periodista de “The Telegraph” Bobby Mac Allister hizo tras su estancia en la feria de La Línea. “The fair of the Pregnant Line” // “La feria de La Línea de la Concepción”. VIERNES DE CORONACIÓN: Oh, ¡preparaos para un espectáculo de proporciones reales! Desde la coronación del Rey Carlos III y Camila en la Abadía de Westminster, no había presenciado tal derroche de grandeza. Hordas de súbditos y plebeyos, en un arrebato de fervor, acompañan a la flamante reina al ritmo del himno nacional de La Línea, "Española y Gaditana", como si fuera la canción más épica del universo. Y ahí está ella, la majestuosa reina, lista para ser coronada en un escenario sacado de la tienda de disfraces del barrio. El presupuesto municipal ajustado no ha sido obstáculo para que se desplieguen los grandes talentos internacionales, que interpretarán con mala ecualización sus canciones famosas mientras se ajustan a los limitados recursos disponibles. Y entonces, llega el gran momento: el Jefe del Estado coloca delicadamente sobre la cabeza de su fervorosa reina una corona regia y emblemática. Hecha con el arte y la destreza de los maestros artesanos en la trastienda de Bartolo, quien también te vende un llavero de dudosa calidad junto a la corona. ¡Ah, la esencia del lujo! A partir de este instante, la reina adquiere el poder supremo de sancionar y promulgar las leyes orgánicas sobre las ofertas de jarras de rebujitos. ¡Un poder tan importante y trascendental para la nación! Es una escena digna de la realeza, donde la pomposidad y el exceso se entrelazan con la realidad municipal. Pero, ¿quién necesita sutileza y elegancia cuando puedes tener todo esto? Un evento donde el kitsch y el pueblo se dan la mano, dejando a todos con una sonrisa incrédula en el rostro. Así que, mis queridos plebeyos, preparaos para esta coronación digna de las mejores casas reales europeas. Un momento en el que la música desafinada y las coronas "de ocasión" se combinan en perfecta armonía. ¡Brindemos por la reina y sus poderes legislativos sobre las ofertas de bebidas locales! ¡Que la fiesta continúe! 1/5"