Charlatán Cocina Desenfadada

"Visitar CHARLATAN en Sevilla es una experiencia gastronómica inolvidable. Este encantador restaurante se destaca por su auténtico ambiente andaluz, ofreciendo una acogedora experiencia culinaria que te hace sentir como en casa desde el momento en que entras. La selección de tapas aquí es excepcional, perfectamente equilibrada entre la tradición y la innovación. El tartar de atún es una obra maestra, con una frescura que evoca los sabores del mar, mientras que su textura suave complementa perfectamente los sabores robustos y delicados. Cada bocado es un deleite, llevando a los comensales a un viaje culinario a través de los mares de Andalucía. La ensalada es otra maravilla, fresca y repleta de ingredientes locales de primera calidad. Es un refresco perfecto para el paladar, especialmente en los cálidos días sevillanos. Cada ingrediente se combina armoniosamente para crear un plato ligero pero satisfactorio. El risotto es, simplemente, sublime. La textura cremosa y el sabor profundo y rico son evidencia del uso de ingredientes de alta calidad y de la habilidad del chef. Es un plato que satisface tanto el paladar como el alma, un verdadero testimonio de la cocina casera elevada a un arte. Para acompañar estas delicias, la selección de cervezas es impresionante. Desde opciones locales hasta internacionales, cada cerveza está seleccionada para complementar los sabores de las tapas. La experiencia se ve realzada por un servicio excepcional, donde el personal es amable, conocedor y siempre dispuesto a ofrecer recomendaciones."

"Muy buena comida, ambiente y personal. Todo estaba muy bueno. Repetiré!!!"

"Me recomendaron el sitio y la verdad que acertaron de pleno. Fuimos un grupo de 6 y pedimos bastantes platos de la carta, todos para compartir: ensaladilla de ventresca y tomate seco, capirotes de langostino, tartar de atún y aguacate con huevo frito, patatas bravas (el plato más sorprendente, tenían queso, tomate seco y cebolla crujiente), cóctel de patatas con gulas (era un revuelto con huevos y pimientos), chipirones fritos con alioli y cachopo. Lo mejor para mí gusto fue el tartar y las bravas. Y para rematar la faena, tarta de queso (rica, pero las he probado mejores) y crema de galletas, un postre particularmente diferente y sencillamente delicioso. La atención fue muy buena, el sitio muy agradable junto a un gran ventanal y el precio una maravilla: 21€ por persona. Así que, por todo ello, repetiremos seguro. También remarcable que tienen detalles como que los manteles son todos con diseños diferentes, o la decoración del local interior, destacando una estantería de platos pintados a mano de estilos muy variados."

"Había oído hablar de este lugar y hace unos días aproveché para conocerlo. Local con decoración que fusiona lo industrial con lo tradicional, que junto a la luminosidad que tiene por los amplios ventanales que presenta, crean un ambiente distendido, acogedor y agradable. Como curiosidad, algo que me llamó la atención es la ausencia de barra en este. Ofrece una carta no muy amplia, pero sí variada, basada en cocina mediterránea principalmente. Con relación a carta de vinos, cierto es, que es limitada pero correcta la pequeña selección. Iba con un amigo y decidimos pedir varias cosas a compartir. Nuestra elección: - Ensaladilla de tomate seco y ventresca, algo sosa, pero no fue lo peor, pues corrigiendo punto de sal de sabor estaba buena, pero la patata estaba algo dura, lo que hacía que el plato perdiese valor. Una lástima. - Rollitos vegetales, mini rollitos tipo vietnamitas, muy ricos, con correcto cocinado, pues estaban crujientes, dorados y nada grasientos. Iban acompañados de una salsa picante que le daba un toque muy bueno. Recomendable. - Pan bao de calamares, raro es que no lo sea, así que una vez más, la moda del pan bao fue un acierto. Calamar frito crujiente, tierno y gustoso, con salsa tipo ajonesa cremosa y sabrosa. - Curry tailandés de pollo y verduras, muy bueno tanto en sabor como en textura. Muy recomendable. Acompañamos la comida con un vino tinto andaluz, concretamente gaditano llamado Garum, vino de paladar sedoso pero a su vez potente. En relación con el servicio recibido fue muy bueno, camarera encantadora y muy profesional. El ritmo de platos iba algo rápido y le pedimos bajar ritmo, así fue sin problema alguno. Para finalizar nos apetecía un chupito, ellos no ofrecen esto, pero no quisieron dejarnos con las ganas y fueron a otro establecimiento para servirnos el chupito deseado, me pareció un detalle a mencionar y no pasar por alto porque lo merece con creces. Relación calidad/precio correcta, lo anteriormente comentado ascendió a poco menos de 54€. En definitiva, el lugar me gustó y si estoy por zona, no dudo repetir."