Mamanucca Calle del Azoque, 64, Casco Antiguo, 50004 Zaragoza

"Gracias Jesús martínez por tu sesión, un profesional como la copa de un pino con música divertida, variada y elegante. Isma nordic, loire o lével, como quieras llamarte, me he tenido que ir de ahí por tu mal gusto, tú sesión facilona y tu pésimo gusto. Te voy a poner un ejemplo, si tu compañero pone poquito el chocolatero el público lo echa de malas maneras, si lo hubieras puesto tú la gente lo baila encantada igual que lo hubiera bailado en cualquier bar de música pachanguera que es lo que has puesto tú. Hacéis mucho daño a la noche en españa."

"Se creen que tienen poder de la discoteca y eligen ellos quien entra y quien no, aunque ya hayas pagado entrada. Ha sido el segurata quien ha decidido por nosotras quien entraba y quien no a pesar de haber pagado la entrada. Bastante racistas."

"Este lugar hay una diferencia muy clara entre hombres y mujeres. Entre con mi novia y mis amigos, salimos a fumar y al ingresar otra vez dentro a bailar, mi novia pudo entrar y a mi me mandaron a hacer toda la fila siendo que llevábamos sello. Una vez mi novia entra y a mi no me dejaron pasar detrás de ella denegandome así la entrada en el local e inventándose los porteros cosas que no dije. No vuelvo a ir allí, dado el trato recibido por parte de los porteros de esta discoteca."

"BUEN LOCAL, MALA ORGANIZACIÓN Íbamos con un reservado pagado (160€, 2 botellas) con un mes de antelación y, nada mas llegar, el portero nos empieza a vacilar con frases del tipo “como habeis pagado y con quien habeis hablado, que como vosotros hay muchos..” le damos el número de teléfono de la persona con la que habíamos reservado y resulta que no lo habían apuntado. Eso sí, después de hablar con el responsable por teléfono, el portero mucho más tranquilito. Entonces, nos hacen pasar a la sala y levantan a un grupo de chavales y les dicen que nada, que a pista o a su casa (ya me diréis la culpa que tienen ellos de su mala organización). Además, el reservado consistió en una mesa en pista… hasta que uno de los verdaderos reservados (bajo el dj, con cordón y sofás grandes) se quedó libre y nos pasaron allá. Lo único, la camarera fue muy atenta en todo momento (nos dio un asiento porque no cabiamos todos en el sofá del reservado) y el dj se encargó de animar la noche."