Hotel con bar y lounge en Asturias

“Está muy bien. Además nos pilló cerquísima de la estación de tren, por lo que fue de mucha utilidad. El servicio perfecto. Pilla a unos 15-20 minutos del centro andando pero hay de todo cerca.”

“Hotel muy moderno. Habitación y aseo amplios. El pie de ducha es antideslizante. El armario es muy amplio también. Además, las habitaciones están insonorizadas. El hotel dispone también de una cafetería-restaurante con precios bastante buenos. A nosotros nos vino de lujo el aeropuerto porque teníamos un vuelo a primeras horas de la mañana y la distancia entre el hotel y el aeropuerto es de unos dos minutos andando. Además, las empresas de coches están justo en la misma acera, lo que nos vino de lujo para aquellos que habíamos alquilado un coche. En definitiva, lo recomiendo para todos aquellos que tengan un vuelo temprano al día siguiente.”

“Perfecta ubicación, delicioso el desayuno, sus tartas caseras ¡Una verdadera maravilla! y el trato del personal simplemente inmejorable. Me han hecho sentir como en casa estoy deseando regresar.”

“El hotel perfecto para nuestra escapada a Gijon. No esta en el centro pero la accesibilidad es buena, la zona es tranquila y adecuada para el descanso y tiene parking propio que es un plus. Ya se donde volver cuando vaya a Gijon.”

“El propietario muy amable, nos recomendó muy bien sitios donde comer y aparcar, que podría ser la única pega al estar en el casco antiguo de Gijón. Instalaciones cómodas y lugar muy tranquilo.”

“Tuve una buena experiencia gastronómica en el Lobby bar, durante mi estancia en el hotel Barceló, tanto en la comida como durante la cena. No espectacular, como la elegancia del lugar y del hotel podrían presuponer al inicio. Gestión de las expectativas... Comida: Comenzando con un consomé de boletus como aperitivo de cortesía, muy bueno de sabor, seguido por un 'bocado del norte' que es una pequeña tosta de pan brioche con mantequilla y anchoa. El pan está caramelizado y es interesante el contraste dulce y salado de la anchoa. Cada bocado fue un deleite. Las croquetas tenían un crujiente perfecto por fuera y un relleno cremoso por dentro, con un sazón memorable que me transportó a los sabores tradicionales de queso de Asturias. El plato principal, un Rubiel, pieza de pescado de roca sobre una cama de puré vibrante, estaba casi perfecto, aunque el pescado estaba ligeramente más cocido de lo ideal para mi gusto. Una pena no haber podido disfrutar al máximo de la potencia de sabor. A pesar de ese pequeño detalle, la experiencia general fue muy buena y definitivamente recomendaría este restaurante a los amantes de la buena mesa que buscan platos con presentaciones creativas y sabores que complacen el paladar. Cena: Probé un bacalao y en algún punto presentaba el frío de nevera, faltando un puntito de cocción para poder darle un notable alto.”

“Realizamos varios eventos al año en este hotel. Siempre hemos recibido un trato excelente por parte del director y de todo el personal.”