Restaurant Navía

"Paella de langostinos y bogavante espectacular"

"Restaurante algo escondido y pequeño,da la.impresión que más frecuentado por gente del pueblo que por turistas,lo que hace que sea mucho más auténtico.El.personal muy amable y la comida riquísima. Los calamares encebollados algo escasa la ración,pero muy ricos. Los arroces riquísimos y excelente relación calidad-precio. Un sitio para volver"

"Es un restaurante pequeño, más frecuentado por gente del pueblo que por turistas. Las raciones son un poco justas, pero sin llegar a ser insuficientes, y muy sabrosas, sobre todo los calamares. Sin embargo el arroz negro estaba bastante bueno, y a un precio inmejorable. El servicio muy amable y el ambiente es de típico bar."

"Ya he venido varias veces y siempre increíble, nunca falla. El dueño del local encantador, servicio amable y de trato familiar. La comida siempre excelente, se nota que el producto es de calidad. ¡Los arroces están de muerte! La única cosa “mala” es que en la terraza no caben grandes grupos."

"Resumen: excelente restaurante de calidad de comida del mar con una atención de primera. Es un MUST si estás en Tarragona y alrededores y hay que reservar. En detalle: desde que entramos la atención fue muy amable. Nos recomendó diferentes platos, y algunos, al no saber qué eran, nos mostró fotos de cómo eran, tanto crudos como cocidos. Pedimos varios platos para compartir en plan pica pica. Navajas, espardeñas (que estaban riquísimas), almejas, gambas, croquetas y pulpitos encebollados. Todo estaba suculento y fresco. Las espardeñas saben rico, es como textura de churro pero realmente deliciosa, como con gusto a "alcachofa". Y el dueño, Rafel, nos trajo fotos de cómo son las espardeñas sin cocinar. Crudas. Y son curiosas. La verdad que esta información adicional fue de utilidad y una buena experiencia. Nos sugirió comer las anémonas y nos mostró fotos también. Pero la verdad que no nos apetecía mucho. De segundo pedimos un arroz caldoso de cigalas. ¡Delicioso! Estaba en su punto, abundante, cremoso, con mucho guiso y sabor. Nos dejó llenos. Todo en general nos dejó llenos. Es mucha comida. Acompañada de un buen vino blanco. Todo estuvo delicioso y sin bastante rápidos en el servicio. De postre, una especie de compota de limón pero que no se llama así. No recuerdo. Fue toda una sorpresa porque me imaginaba una cosa y me llego otra realmente deliciosa. Fue una experiencia muy buena. La atención, la locación, la música, todo estupendo. Detalle destacar que sus baños son los más limpios que he visto en un restaurante en 38 años. Sin duda, repetiremos."